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MEMORIA

La adquisición del conocimientos depende del aprendizaje y la memoria (retención de esa información). Sin uno de estos dos no podría ser posible interiorizar contenidos. Solo podemos determinar si alguien ha aprendido observando si lo recuerda.La memoria es el de registro mental de nuestras experiencias y el del acto de recuperar dicho registro cuando se lo desee.

La dificultad en el desarrollo normal de funciones superiores genera desfases en el aprendizaje y desempeño escolar.  Cuando el nivel de atención, concentración y memoria  es bajo y el niño/a u adolescente olvida con facilidad lo que se le enseña; los pensamientos e ideas no son tan profundas y duran corto tiempo, por lo que la memoria a largo plazo es selectiva. Mientras menos trabajo se dé a la actividad neuronal, menos serán las conexiones neuronales y algunas se perderán; ciertos recuerdos o aprendizajes se esfuman para siempre si no existe estimulación.

Al igual que los relojes blandos del cuadro de Dalí ‘La persistencia de la memoria’, nuestros recuerdos pierden intensidad y parecen derretirse con el paso del tiempo. La memoria es la función cerebral que nos permite almacenarlos y recuperarlos, así que conviene ejercitarla.

Las circunstancias ambientales también determinan enormemente la cantidad de información que se recordará. Una dieta correcta y el descanso adecuado son condiciones imprescindibles para el óptimo funcionamiento de la memoria; el ejercicio físico, que mejora la fuente de oxígeno del cerebro, también contribuye de forma positiva. Nada de esto importa si no entrenamos la memoria dedicando una parte de nuestro día a día a realizar ejercicios que permitan poner en funcionamiento nuestro cerebro.

Consejos para fortalecer la memoria
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